Descripción
El Philodendron henri-pittieri es una especie endémica de Venezuela, encontrada de forma natural en la Cordillera de la Costa en Aragua (Parque Nacional Henri Pittier) y en Mérida en la Cordillera de Mérida, en las cercanías de La Azulita, a altitudes de 750 a 1.500 metros. Este filodendro se caracteriza por trepar sobre afloramientos rocosos en zonas de completa sombra.
La especie se distingue por sus tallos alargados, que alcanzan un diámetro de 6 a 8 cm cuando maduran, y por sus hojas ovadas, que pueden llegar a medir 125 cm de largo y 1 metro de ancho, moderadamente delgadas. Los catáfilos son verdes, deciduos y tienen dos costillas poco marcadas. Los pecíolos, que son más largos que las láminas de las hojas, pueden extenderse hasta 140 cm de largo, siendo teretes hacia la mitad y aplanados de forma obtusa hacia el ápice.
Según Bunting (1979), las inflorescencias del Philodendron henri-pittieri se caracterizan por tener tubos de color rojo y espadas de color blanco. Esta especie presenta muchas similitudes con el Fildodentro giganteum, especialmente en lo que respecta al tamaño y forma de la hoja, la forma del pecíolo y el color de la inflorescencia. Sin embargo, se diferencia de esta última por los restos de fibras de los catáfilos que persisten en una masa densa en el ápice del tallo.
Más información
Medidas:
- Altura planta: 25 cm
- Diámetro maceta: 12 cm
Cuidados
- Luz: prefiere una luz indirecta, pero también puede tolerar la luz media. Evita la luz solar directa, ya que podrían quemarse sus hojas.
- Riego: deja siempre que la capa superior del suelo se seque antes de regar nuevamente, ya que al no hacerlo sus raíces podrían pudrirse. El exceso de agua puede ser bastante perjudicial, así que asegúrate de no regar en exceso.
- Humedad: presta mucha atención a la humedad del sustrato asegurándote de que el sustrato está completamente seco antes de regar. Una excelente opción para tu Philodendro podría ser colocar la maceta donde está ubicado sobre un plato con piedras húmedas aumentando así la humedad ambiental.
- Temperatura: prefiere temperaturas cálidas y constantes. Evita exponerlo a corrientes de aire frío o cambios bruscos de temperatura.
- Suelo: asegúrate de proporcionarle siempre un suelo bien drenado y rico en materia orgánica.
- Fertilización: utiliza un fertilizante equilibrado diluido aproximadamente cada 4-6 semanas durante la primavera y el verano, reduciendo la frecuencia en otoño e invierno.
- Poda: poda las hojas y tallos muertos o enfermos para fomentar un crecimiento saludable y vigoroso.
- Trasplante: reemplaza la maceta cuando las raíces hayan llenado por completo el recipiente actual. Esto suele suceder cada dos o tres años aproximadamente.