Descripción
El Almendro, cuyo nombre científico es Amygdalus communis o Prunus Dulcis, es un árbol frutal muy resistente cuyo fruto es la almendra, y su variedad, el Almendro enano, un frutal especial para terrazas y pequeños jardines y que, en maceta, no suele alcanzar más de metro y medio de altura en estado adulto.
Los frutales enanos en maceta son la opción más sencilla, decorativa y fácil de mantener. Con ellos tendrás flores en primavera y jugosos frutos de tamaño natural en verano. Estos son árboles ideales para la jardinería doméstica porque estos dan una abundante floración en primavera, y una deliciosa producción de fruta en verano u otoño, son bastante productivos en general, comienzan a dar frutos a partir de su tercer año (la edad con la que comienza su venta), tienen una copa compacta que no hay que podar o (en el caso de que sí se haga, que solo sea para mentener la forma).
Además, son autofértiles por lo que no necesitan que otro ejemplar los polinice. Además, su reducido tamaño nos va a permitir colocarlos en espacios reducidos o en pequeños huertos en el suelo, siempre y cuando estos sean lugares soleados. Bastará con tener un tiesto grande con una buena capa de drenaje en la base, se adaptan mucho mejor que los frutales corrientes al cultivo en maceta gracias a su portainjerto o patrón menos vigoroso, generan menos cantidad de raíces, crecen menos y no requieren ser trasplantados a un tiesto mayor cada cierto tiempo por falta de tierra.
Más información
Medidas:
- Altura aproximada: 80-100 cm
- Contenedor: 20 cm de diámetro.
Cuidados
- Ubicación: los almendros enanos prosperan mejor a pleno sol. Busca un lugar donde reciban al menos 6 horas diarias de luz solar directa.
- Floración y maduración: la floración suele ocurrir en la primavera, generalmente antes de la aparición de las hojas.
- Sustrato: prefiere el suelo bien drenado, y se deberán evitar los suelos que se encharquen ya que el exceso de humedad podría ser perjudicial. Lo ideal será enriquecer el sustrato con materia orgánica para mejorar la estructura del suelo y proporcionarle nutrientes.
- Riego: mantén el sustrato ligeramente húmedo, especialmente en los periodos más secos, y evita el riego excesivo que pueda causar encharcamiento.