Biochimeneas

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Tipos de biochimeneas

Las biochimeneas no necesitan ni tiro, ni salida de humos, lo que hace que el total del calor emitido se aproveche. El bioetanol, por su parte, es un producto natural y renovable que proviene de vegetales ricos en sacarosa, como la remolacha o la caña de azúcar, convirtiéndose en un sistema muy ecológico para calentar cualquier estancia.

Tipos de biochimeneas

  • De pared o insert.

    Están diseñadas para colocar en la pared con sujeciones básicas, o para ser encastradas, por lo que apenas ocupan espacio, a diferencia de otras chimeneas. Además, están fabricadas con materiales de alta gama, por lo que se integran perfectamente en la decoración de cualquier casa.
  • De suelo.

    Son los modelos más pesados y más voluminosos por su mayor potencia. Permiten calentar habitaciones de hasta 30 m2.
  • Portátiles o de sobremesa.

    Son modelos que, debido a su reducido tamaño, permiten ser trasladados para disfrutar de su calor en diferentes espacios de interior o de nuestro jardín. Pese a sus pequeñas dimensiones pueden tener potencias de hasta 4,3Kw.

Cómo funcionan

Las biochimeneas cuentan con un depósito para el bioetanol que, al quemarse, genera gran cantidad de calor. Este es aprovechado al máximo, aunque deja de emitirse en cuanto se apagan. Por eso, es recomendable favorecer la acumulación de calor mediante accesorios como piedras, hojas o leños cerámicos que se pueden colocar alrededor del quemador.

Para calcular el gasto de tu biochimenea, puedes tomar como referencia estas dos ideas:

  • Su consumo está en torno al 1 litro de bioetanol cada 4 o 5 horas de combustión
  • Una biochimenea de 3Kw/h puede calentar una habitación estándar de 30 metros cuadrados.

Las biochimeneas son ideales para generar calor a gran velocidad y, por tanto, suelen utilizarse como complemento en hogares que disponen de otros sistemas de calefacción, en segundas viviendas, en terrazas o jardines o en pequeñas habitaciones sin calefacción.

10 ventajas de las biochimeneas

  • Son limpias.

    El bioetanol no genera residuos, así que tampoco mancha.
  • Ocupan poco espacio.

    Las biochimeneas se suelen transportar fácilmente.
  • No requieren instalación

    para evacuar humos, ya que no los generan.
  • No necesitan conexión a la red eléctrica.

    Solo hay que desembalar y colocar en la estancia deseada.
  • Casi no emiten CO2.

    Las emisiones de una biochimenea equivalen tan solo a las de dos velas encendidas.
  • No resecan el ambiente.

    Durante la combustión, el bioetanol produce vapor de agua en una medida algo menor que la de un humificador doméstico, lo que compensa la disminución del nivel de humedad a consecuencia del calor.
  • Requieren un mínimo mantenimiento.

    Se recarga el depósito de bioetanol y ¡listo!
  • Son decorativas.

    Crean ambiente y se integran fácilmente en cualquier estilo de decoración.
  • Emiten mucho calor de forma instantánea.

  • Pueden perfumar

    Existen diferentes bioetanoles aromatizados e incluso con citronela, para ahuyentar a los molestos mosquitos en el jardín.