Bulbos de primavera y verano

La azucena, la dalia o el lirio de agua son algunos de los preciosos bulbos de primavera que se siembran a finales del invierno y comienzan a florecer en esa época con colores más intensos. Son más sensibles al frío que los del otoño, y por eso se plantan una vez acaban las heladas.

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  • Dalia. Suele clasificarse en función de la forma de su flor: de anémona, de pompón, de cactus, semi-cactus, nenúfar, etc., que además muestra una gran variedad cromática. Las flores de la dalia pueden aparecer desde el principio del verano hasta otoño, siempre que no haga excesivo calor. Necesita mucho sol y un riego moderado durante los primeros meses de la plantación, evitando encharcamientos. Los primeros brotes de esta planta pueden utilizarse como esquejes, cortando los más bajos cuando alcancen los 10 cm de altura. Cuando las hojas y los tallos se marchitan, hay que cortar la parte aérea, desenterrar los bulbos y guardarlos, limpios, en un sitio oscuro, seco y fresco para pasar el invierno.
  • Gladiolo. La época en la que aparecen sus flores, en forma de vástago con corolas acampanadas, es del comienzo del verano al otoño, pero en climas templados, pueden estar presentes todo el año. Le encanta la luz y, de hecho, florece más cuando los días se alargan. La espiga floral se empieza a formar entre las 4 y 6 semanas después de la plantación.
  • Begonia. Destaca por sus variados y vistosos colores y prefiere ubicaciones en sombra, para evitar el calor excesivo. Puede florecer en cualquier época y para su plantación en el hemisferio norte es preferible elegir los meses de febrero a marzo. El exceso de riego puede convertirse en un problema para ella, así que mejor suspenderlo o reducirlo drásticamente hacia finales de la época de floración.
  • Cala o zantesdeschia. Cada bulbo genera dos o tres flores cuyas espatas, similares a los pétalos, rodean a un espádice o espiga floral carnosa amarilla. La floración comienza en primavera, pero puede alargarse durante el verano, mientras que, con el otoño, se marchitan. Soportan bien el sol, pero prefieren la sombra o semisombra, en zonas húmedas, bien drenadas. Aunque se consideran plantas semi-acuáticas, no toleran bien la salinidad del agua por lo que hay que evitar el exceso de sal del terreno.
  • Peonía. Es una planta a la que no le gusta cambiar de lugar y produce delicadas flores, sencillas o dobles. Le gusta el sol y el suelo arcilloso. La floración comienza de mayo a julio, aunque se mantienen durante un período corto, dependiendo de la temperatura. Como consuelo, está su hoja muy decorativa y las cápsulas que siguen a la floración.