Macetas y platos para bonsái

Las macetas y platos para bonsáis son muy importantes por lo que elegirlos bien es algo fundamental. Además, existen algunas diferencias entre unos tipos y otros, ya que un bonsái más maduro puede vivir en bandejas, pero uno más joven requiere macetas con platos más grandes.

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Macetas y platos para bonsái

Pensando ya en la estética, existen diferentes criterios de elección: la forma, el color, el brillo, etc. Se pueden establecer algunas guías de referencia para escoger el más adecuado para cada bonsái, pero, como siempre, todo va en gustos.

  • El ancho de la maceta debería rondar los 2/3 de la altura del árbol, mientras que el alto de la maceta debería ser una o dos veces el grueso del tronco del bonsái en la base.
  • Las macetas sin esmaltar combinan mejor con los pinos y el resto de coníferas.
  • Para los árboles de hoja caduca se pueden usar macetas esmaltadas y sin esmaltar, pero es aconsejable evitar las de alto brillo si no van a desarrollar flores o frutos.
  • Si el árbol se caracteriza por sus formas curvas combina mejor con macetas redondas y, al contrario, los árboles más lineales encajan con macetas más angulosas.

¿Qué tipo de bonsáis existen?

Lo cierto es que existen distintos tipos de bonsáis, aunque de inicio, lo primero que haremos será clasificar estos según su tamaño. De hecho, a los bonsáis, dependiendo del tamaño que tengan se les denomina de una u otra manera.

  • Shito: estos son los bonsáis que poseen un tamaño inferior a 5 centímetros de altura, aunque no son demasiado comunes, pues suelen requerir cuidados algo delicados.
  • Mame (o bonsáis pequeños): estos suelen medir entre 5 y 15 centímetros de altura, y con los que se puede trabajar con mayor facilidad.
  • Shohin: este tipo de bonsáis suelen medir entre 15 y 25 centímetros de altura y son bastante populares. Además, al no ocupar espacios demasiado grandes suelen ser elegidos con frecuencia para tener en la terraza o en el jardín.
  • Chujin: estos suelen medir entre los 25 y los 40 centímetros de altura aproximadamente.

Además, los bonsáis también pueden clasificarse según su estilo. De hecho, en esta clasificación podemos encontrar tres tipos distintos de bonsáis:

  • Bonsái vertical: el más popular y también, por supuesto, el más clásico. Algunos ejemplos de bonsáis verticales son el Chokkan o el Moyogi.
  • Hokidachi: el conocido como estilo en escoba, y el que se suele emplear en árboles caducifolios como los arces o los olmos chinos.
  • Kengai: el conocido como estilo en cascada, aunque bastante complicado de lograr dado que el crecimiento hacia abajo se produce en contra de la dirección natural de los bonsáis. Sin embargo, cuando se logra es digno de admirar.

Bonsais de exterior

Un bonsái de exterior es un árbol que se trabaja en versión más pequeña que su original y que necesita de las condiciones del entorno para prosperar, es decir, la luz del sol, el viento, el calor del verano, el frío del invierno. De hecho, la realidad es que la mayoría de los bonsáis están adaptados perfectamente a la vida en el exterior, pues es su hábitat natural. Las únicas especies que podrían soportar la vida en interior son todas aquellas que están ajustadas a climas tropicales y no precisan, por tanto, del cambio de estaciones. Los pinos, los arces y los juniperus son algunos de los bonsáis de exterior más comunes que existen.

A la hora de cuidar los bonsáis de exterior, eso sí, habrá que tener en cuenta una serie de consejos. Estos, al igual que cualquier otra planta, van a necesitar de luz solar. De hecho, hay que asegurarse de que estos reciben la suficiente cantidad durante el día, aunque hay que tener en cuenta que algunas especies requerirán de más o menos cantidad. La humedad, por ejemplo, es un factor importante a tener en cuenta a la hora de querer cuidar un bonsái adecuadamente. Cuando la zona es más bien seca, lo ideal es potenciar las condiciones de humedad del entorno. Una buena manera de hacerlo es pulverizando agua sobre el bonsái. En referencia al riego, hay que tener en cuenta que los bonsáis de exterior son bastante delicados, pues necesitan que el sustrato esté húmedo, pero lo cierto es que estos no se ajustan a ningún calendario, pues serán variables en función a la época del año y las condiciones del entorno.

Bonsais de interior

Lo primero que debemos saber cuando hablamos de bonsáis de interior es que los cuidados que deben darse a los obtenidos a partir de árboles tropicales son distintos a los de las plantas en maceta que uno tiene en su propia casa. ¿Por qué? Pues bien, principalmente porque aquellos que están plantados en macetas tienen una menor capacidad para almacenar nutrientes. De estos, en cuanto a cuidados se refiere, sí debemos tener en cuenta que, como el de exterior, necesitará suficiente luz y dentro de casa no es tan fácil muchas veces conseguirla como fuera. Por ello, habrá que asegurarse de colocar este en el lugar más luminoso que tengamos, y si es delante de una ventana mucho mejor. En cuanto a la humedad hay que tener en cuenta también que esta debe ser bastante alta, al menos mayor que las que ofrece el interior de un hogar. Una buena forma de aumentarla es colocando una bandeja llena de agua cerca, pulverizar con agua el bonsái completo varias veces al día o bien abrir la ventana durante el día y que pueda circular en la medida de lo posible el aire del exterior. Finalmente, en cuanto al riego, hay que tener en cuenta que, al menos en el caso de los bonsáis, jamás se debe regar por rutina. Lo ideal será vigilar el bonsái y regar solo y exclusivamente cuando sea necesario.